Las primeras unidades del Ferrari Roma Spider, han llegado a nuestra concesión, entre ellas una configurada en el color exterior Rosso Mugello y otra en el precioso y llamativo Celeste Trevi.
El Roma Spider se presenta como un Ferrari para disfrutar en familia, ya que es un 2+2 plazas, igual que el modelo coupé del que precede. Ha pasado 4 años desde que “La Nuova Dolce Vita” vio la luz, para que se haya presentado la variable convertible con un techo de lona.
Bajo el alargado capó delantero, encontramos motor V8 biturbo de 3.9 litros que envía 620 CV y 760 Nm a las ruedas traseras, liberando su máxima potencia entre 5.750 y 7.500 rpm lo que significa que le gustan las altas revoluciones y va asociado a una caja de cambios F1 de doble embrague y ocho velocidades
Con estas prestaciones, y a pesar de que su peso es 84 kilos (1.556 kilos) superior al modelo coupé, acelera de 0 a 100 km/h en 3,4 segundos, mientras que para pasar de 0 a 200 km/h desde parado necesita 9,7 segundos y su velocidad máxima es de 320 km/h.
En Maranello han llevado a cabo algunos retoques mecánicos, como la adopción de una evolucionada bomba de aceite para mejorar el arranque en frío del motor, la renovada programación de la unidad de control o la reducción de tamaño de la transmisión, que es un 20% más pequeña. Cuenta, además, con la tecnología Variable Boost Management, un software de Ferrari que varía el par dependiendo de la marcha para dar el empuje correcto pensando en el consumo.
Para esta versión Spider, Ferrari se ha decantado por la capota de lona, diseñada con un sofisticado tejido que dispone cinco capas plegadas en forma de ‘Z’ y que está disponible en una amplia gama de tejidos para personalizarla a medida, igual que su color.
Es destacable porque la última vez que Ferrari usó una capota de tela en un modelo con motor delantero fue en 1969 con el Ferrari 365 GTS4 y desde entonces, hemos visto modelos con el cielo abierto, pero todos tenían un techo plegable de acero o un ‘hard top’. En el Ferrari Roma Spider, la capota se abre (o se cierra) en 13,5 segundos a velocidades de hasta 60 km/h.
Su aislamiento acústico es comparable al de un techo plegable de acero y cuando se circula a cielo abierto, el confort de conducción está garantizado gracias a un deflector de aire integrado en el respaldo de los asientos traseros que se activa mediante un botón.
La llegada de la capota de lona ha obligado a modificar la línea trasera de este deportivo, para que la luneta pueda plegarse, así que ahora encontramos una tapa con un par de jorobas y un spoiler de fibra de carbono cuya inclinación se modifica automáticamente: hasta 100 km/h, mientras que permanece cerrado y a 170 km/h hace acto de presencia. A 250 km/h ejerce una presión extra de 95 kilogramos y a 300 km/h se levanta para incrementar la carga aerodinámica.
El interior del Ferrari Roma Spider es simétrico: el conductor y su acompañante disponen de un espacio propio. En el puesto de conducción, el volante ha sido ligeramente rediseñado y cuenta con mandos táctiles en los radios. Una pantalla táctil de 8,4 pulgadas surge en el centro del salpicadero y de forma opcional se puede equipar otra para el lado del copiloto en la que se muestran datos de la conducción.