El mundo del automóvil ya cuenta con el deportivo más esperado de los últimos tiempos: el nuevo Ferrari Purosangue. La firma del Cavallino Rampante, más que acostumbrada a desarrollar coches que se convierten desde su nacimiento en auténticos hitos del motor, se encontraba ante uno de los retos más complejos de su historia. Por una parte, debía responder a una demanda creciente en el mercado, en el que cada vez más automovilistas desean un vehículo versátil y cómodo, capaz de dar lo mejor de sí mismo cada día y en cualquier circunstancia. Y, por la otra, debía ser un coche de rendimiento intachable, único en su especie y creado para despertar las emociones que solo un Ferrari es capaz de sacar a la luz.
Bajo tales premisas ha nacido el Purosangue, el primer deportivo de cuatro puertas y cuatro plazas en la historia de Ferrari. Su espectacular e innovador diseño fija un nuevo estándar en la industria del automóvil, y sugiere que quien se ponga al volante disfrutará de una inédita combinación de prestaciones, placer de conducción y confort, respetando el ADN icónico del Cavallino Rampante. La elección del nombre de Purosangue, que en italiano significa “pura sangre”, cobra así todo su sentido.
Para hacer honor a su denominación, era imprescindible dotar al Ferrari Purosangue de un propulsor a la altura de las expectativas creadas: el icónico motor V12 atmosférico de Maranello. Montado en posición delantera, se trata de una variante (denominada F140IA) del conocido bloque que respeta la famosa arquitectura con un ángulo a 65º entre sus bancadas de cilindros. Desplaza 6,5 litros de cilindrada y monta cárter seco e inyección directa de gasolina de alta presión. Los sistemas de admisión, distribución y escape se han rediseñado por completo, mientras que las culatas derivan del 812 Competizione. También se han optimizado las masas giratorias y montado un cigüeñal que alarga la carrera –lo que mejora la respuesta en baja-, además de haberse revisado la refrigeración, la lubricación y las tolerancias de los cojinetes para reducir fricciones y, en definitiva, mejorar la eficiencia mecánica y de la combustión.
El resultado son 725 CV de potencia máxima que se alcanzan a 7.750 rpm. E igualmente impresionante es la entrega de par motor, cuyo pico de 716 Nm llega a las 6.250 rpm y a 2.100 rpm ya dispone del 80 % de esa fuerza. Su carácter, por tanto, es indudablemente Ferrari, a la vez que está capacitado para asumir retos a los que ningún otro modelo salido de la factoría de Maranello se había tenido que enfrentar antes. Los amantes de las cifras tienen en este deportivo una colección incontestable: velocidad máxima superior a 310 km/h, aceleración de 0 a 100 km/h en 3,3 segundos y de 0 a 200 km/h en 10,6 segundos.
Además de un rendimiento sobresaliente, un Ferrari debe ofrecer unas cualidades dinámicas y un placer de conducción fuera de la norma. Para ello, era imprescindible dotar al Purosangue de un equilibrio que solo es posible conseguir con el reparto de masas que los ingenieros de Maranello consideran óptimo para un deportivo con motor delantero central: 49 % delante y 51 % detrás. Esta distribución del peso ha sido posible gracias a la instalación de la caja de cambios sobre el eje trasero. El cambio, un DCT F1 de 8 relaciones, envía la fuerza del motor a las ruedas a través de un compacto sistema de acoplamiento de doble embrague en baño de aceite. El nuevo embrague ofrece un rendimiento un 35 % mayor y transmite hasta 1.200 Nm de par dinámico en los cambios de marcha. Su sistema de accionamiento hidráulico de nueva generación consigue que los tiempos llenado sean más rápidos que en el anterior DCT de 7 velocidades, con unas transiciones muy cortas y sin embargo muy progresivas, con las reducciones calibradas para optimizar la suavidad, a la vez que se ha optado por una octava marcha más larga para reducir el consumo en autopista. El Ferrari Purosangue cuenta con tracción a las cuatro ruedas, obtenida con una unidad de transferencia de potencia (PTU) que está acoplada delante del motor para proporcionar una transmisión 4x4 única.
Bastidor a la altura
Tal y como podía esperarse de un concepto
de automóvil inédito como es el Ferrari Purosangue, su chasis parte de una hoja
en blanco. Su estructura inferior está realizada completamente en aleación de
aluminio de alta resistencia y, combinado con los elementos estructurales de la
parte superior de la carrocería, conforma un conjunto más ligero y rígido que
el de los anteriores modelos de cuatro plazas de Ferrari, a pesar de ser más
grande. Su alta rigidez torsional (más de un 30 % mejor) y longitudinal (más de
un 25 %) es una de las claves que han permitido mejorar el confort, ya que
absorbe con más naturalidad las irregularidades de la carretera.
La carrocería también contribuye a la rigidez y a la ligereza del conjunto, gracias a la utilización, además del aluminio, de fibra de carbono en zonas estratégicas como el techo monocasco con insonorización integrada, acero de alta resistencia en zonas importantes -las barras antiintrusión, los refuerzos en los nodos principales y el pilar B- y sellando las uniones mecánicas con adhesivo estructural.
Sobre esta cuidada estructura se ha
esculpido una espectacular carrocería cuyo diseño, naturalmente, también supuso
un reto inédito para los departamentos involucrados. No en vano, los volúmenes
y limitaciones que planteaba el desarrollo del Purosangue exigían una reducción
de la resistencia aerodinámica en un coche que debía cumplir con unos
estándares de usabilidad y accesibilidad desconocidos en un Ferrari, además de
la necesidad de refrigerar el imponente V12 y los accesorios. En resumen,
cientos de horas en el túnel de viento y miles de simulaciones CFD (dinámica de
fluidos computacional) que han dado como resultado un diseño en el que cada
elemento, desde el capó hasta el alerón, pasando por los bajos del coche o
incluso los pasos de rueda, se han ideado para optimizar el flujo del aire,
canalizándolo para reducir la resistencia aerodinámica o refrigerar los
componentes que lo requieren.
Quien conduzca un Ferrari Purosangue
tendrá la oportunidad de experimentar la nueva Active Suspension Technology o
Tecnología de Suspensión Activa de Ferrari, habilitada por el sistema True
Active Spool Valve (TASV) de Multimatic. Se trata de una novedosa arquitectura
de suspensión que integra el accionamiento del motor eléctrico TASV de 48
voltios con un amortiguador hidráulico de alta precisión en un único sistema,
con la misión de controlar la carrocería y las ruedas de forma activa con más
fuerza y a frecuencias más altas que los sistemas adaptativos o semiactivos
tradicionales. Esta configuración optimiza el funcionamiento de la suspensión
del Purosangue, que monta un esquema semivirtual de horquilla alta de nueva
generación, en la que la horquilla inferior tiene dos puntos de fijación en el
soporte del buje que consigue que el volante sea menos sensible a las
irregularidades de la carretera y al frenado.
Y es que si prestación pura el Ferrari
Purosangue establece nuevas referencias, a la hora de poner bajo control su
impresionante caballería los ingenieros de Maranello tampoco han dejado nada al
azar. En el eje delantero se ha montado unos generosos discos de freno de 398
mm de diámetro, ocultos bajo unas ruedas de medidas 255/35 en llanta de 22
pulgadas, mientras que en el trasero se han elegido unos discos de 380 mm que
se dejan ver a través de unas llantas de 23 pulgadas, sobre las que se han
calzado unos neumáticos 315/30. Se trata de un equipo necesario para obtener el
máximo rendimiento de los sistemas de asistencia a la conducción como el nuevo controlador
ABS ‘evo’, codiseñado con Bosch e integrado con el sistema brake-by-wire que
estrenó el 296 GTB y especialmente puesto a punto para afrontar las superficies
de baja adherencia y en todas las configuraciones del Manettino.
Dicho controlador aprovecha la
información de los sensores del control de estabilidad (ESC) para estimar con
más precisión la velocidad del coche y determinar el objetivo de deslizamiento
de las cuatro ruedas en frenada. Otro sistema que ha evolucionado en el
Purosangue es el 4RM-S, desarrollado para el GTC4Lusso y que ahora incorpora
las innovaciones de la lógica de control desarrollada para el sistema de
tracción total del SF90 Stradale, junto con el nuevo 4WS (dirección a las
cuatro ruedas) independiente del 812 Competizione.
Belleza exterior e interior
Las líneas del Ferrari Purosangue presentan dos niveles o caracteres bien definidos, con una parte inferior más técnica y otra superior, sinuosa e imponente, que parece flotar sobre los pasos de rueda. A pesar de su impresionante estampa, se ha creado una impresión de ligereza general, sorprendente para un automóvil de 4.973 mm de longitud, 2.028 mm de anchura y 1.589 mm de altura.
Su distancia entre ejes, de 3.018 mm, ha
permitido crear un habitáculo en el que sus cuatro ocupantes gozan de un
espacio y confort inigualables, además de un maletero de apertura automática y
473 litros de capacidad. El sofisticado lujo del interior, que desprende una
sensación de elegancia y modernidad, entremezcla los modernos lenguajes de diseño
actual con la estética inherente a los GT de Ferrari. El SF90 Stradale ha
servido de inspiración para diseñar el puesto de conducción de su hermano de 4
puertas, que comparte casi exactamente la plaza del acompañante, que se
encuentra con una pantalla de 10,2” que aporta la información necesaria para
participar en la experiencia de conducción. Se presenta por tanto una
arquitectura interior basada en el concepto de salpicadero doble, replicado y
ampliado en la parte trasera para crear cuatro zonas claramente definidas, con
sus respectivos asientos separados y ajustables de forma independiente, desde
los cuales se puede disfrutar del sistema de sonido Burmester 3D, por primera
vez de serie en un Ferrari.
La utilización de materiales sostenibles ha sido otra de las prioridades a la hora de desarrollar el interior del Ferrari Purosangue, cuya tapicería cuenta con un 85 % del material producido con materiales reciclados.
Como es habitual en Ferrari, los clientes tendrán a su disposición un amplio abanico de equipamientos opcionales y de personalización, para mejorar tanto el confort como las prestaciones como el aspecto del deportivo. Entre las más novedosas se encuentra la opción de techo de cristal electrocrómico, en lugar del de fibra de carbono. Los asientos delanteros con función de masaje o el sensor de calidad del aire son también novedades en este Ferrari que, por primera vez, ofrece compatibilidad con los sistemas Android Auto y Apple Car Play de serie, en sustitución del tradicional sistema de navegación integrado.
Siempre a punto
El programa de mantenimiento ampliado de Ferrari también está disponible para el Purosangue, que tiene así cubierto todo el mantenimiento regular (cada 20.000 kilómetros o una vez al año sin límite de kilometraje) del vehículo durante sus primeros siete años de vida, con recambios originales y las detalladas revisiones realizadas por personal formado en el Centro de Formación Ferrari de Maranello.