¿Quién puede evitar la tentación de simplificar las décadas como si fueran fácilmente comprensibles? Aunque generalmente es más complejo, el Ferrari Testarossa sigue siendo sinónimo de los años ochenta. Con su morro bajo, sus llamativas aletas laterales y sus anchas caderas, Pininfarina, el colaborador de diseño de Ferrari, no solo capturó el espíritu de la época, sino que lo intensificó. El nuevo automóvil, cuyo nombre es una versión abreviada de un antiguo y famoso modelo, tuvo su debut mundial en el Lido, el cabaret de los Campos Elíseos, antes del Salón del Automóvil de París de 1984, siendo más que un Ferrari, un puro espectáculo.
El Testarossa, el más reciente miembro del renombrado linaje de 12 cilindros de Ferrari, es considerado uno de los grandes dentro del sector de la automoción. Todos estos coches están conectados, y el Testarossa continuó el legado del 365 GT4 Berlinetta Boxer y el 512 BB. Recibió un nuevo sistema de inyección así como un sistema de arranque electrónico, además de culatas de cuatro válvulas que permitían que su motor plano de 5 litros y 12 cilindros generara 390 CV. Su diseño icónico también respondía a necesidades de ingeniería clave: la envoltura del 512 BB estaba condicionada por sus radiadores frontales, lo que llevó a Ferrari a moverlos a los lados en el Testarossa. Esto aumentó las dimensiones del coche (152 mm más ancho en la parte trasera que su predecesor) y creó una "oportunidad" de diseño. De ahí surgieron las tomas de aire laterales inclinadas hacia arriba, las aletas protectoras, los contrafuertes y una parte trasera notablemente plana y ancha, que permitieron a los diseñadores duplicar las proporciones.
Era el apogeo del modernismo ochentero de Maranello, un automóvil cuya forma casi caricaturesca lo hizo rápidamente un ícono de la cultura popular. En Miami Vice, se utilizó una réplica del Daytona Spider en la primera temporada, y posteriormente, Ferrari proporcionó un par de Testarossas Monospecchio para una de las locaciones principales. El nuevo coche llegó apenas unos meses después del GTO, subrayando el sutil reposicionamiento del motor de 12 cilindros de gama alta de Ferrari como un GT y, a la vez, como un superdeportivo.
Curiosamente, según los estándares actuales, el Testarossa no se considera tan grande ni tan provocador como lo fue en su lanzamiento. El asiento es cómodo y la dirección sin asistencia se vuelve más ligera a medida que aumenta la velocidad. La clásica palanca de cambios "open gate" añade dramatismo y carácter al cambio de marchas, mientras que el tamaño modesto de los neumáticos delanteros facilita una entrada entusiasta en las curvas. Sin embargo, su comportamiento a alta velocidad impone respeto, debido al tamaño del motor, su posición encima de la caja de cambios y su configuración central.
Estos problemas se abordaron en el 512 TR, lanzado en 1991. Además de aumentar la potencia a 428 CV, los ingenieros de Ferrari bajaron el grupo propulsor 30 mm para mejorar el centro de gravedad y optimizar el momento polar de inercia. También se mejoró la rigidez estructural del TR y se incrementaron las dimensiones de las llantas y los neumáticos, lo que ofreció una experiencia de conducción más precisa en general. Las mejoras visuales eran sutiles, como una nariz retocada y una cubierta del motor parcialmente negra, pero la estética ochentera inconfundible no perdió frescura con el avance de la nueva década. Además, era más fácil de manejar: el motor, más potente, superaba las 7000 rpm, la respuesta del acelerador era más precisa y la distribución de peso, más equilibrada.
El F512 M, presentado en 1994 (la "M" significa "modificado"), perdió sus distintivos faros emergentes debido a las nuevas normativas de seguridad, adoptando en su lugar cuatro luces traseras redondas. El motor contaba con bielas de titanio y una mayor relación de compresión, lo que aumentaba su potencia a 440 CV, mientras que un nuevo escape de acero inoxidable enriquecía la experiencia auditiva. Es el más fácil de conducir de los tres modelos y ofreció un refinamiento táctil y gratificante del arquetipo de 12 cilindros con motor central. Este diseño dio paso al formato V12 con motor delantero en el 550 Maranello de 1996, reconectando así con el 365 GTB4 Daytona.